La dimisión del ministro de Hacienda danés, Thor Möger Pedersen, hecha pública este
lunes a través de Facebook, antes
que en cualquier otro medio de comunicación, pone de manifiesto el creciente
poder de las redes sociales. Se trata de una corriente que fluye imparable, en
todos los ámbitos, y que viene siendo muy utilizada por artistas y deportistas.
Sin ir más lejos, este
pasado fin de semana era el capitán del Real
Madrid y de la Selección Nacional,
Iker Casillas, quien se ‘desahogaba’,
también a través de Facebook, y sorprendía con un comunicado en el que se
declaraba “admirador a más no poder” del juego de Cristiano Ronaldo.
El guardameta quería así
salir al paso de los rumores que hablan de su mala relación con el crack
portugués y también con su entrenador, Jose
Mourinho. “Si hay alguien a quien respeto por encima de todo, es a mi
entrenador que ha vuelto a situar al equipo en el sendero de los éxitos”,
escribió Casillas en Facebook la madrugada del domingo.
Otro deportista de
referencia, Rafael Nadal, también
anunciaba a principios de septiembre –en este caso, a través de Twitter– que su rodilla “necesita un
descanso”. El tenista balear, utilizando su cuenta oficial en la mencionada red
social, afirmaba: “Volveré cuando no duela y pueda competir con garantías”. Todos
los medios informativos se hicieron eco del comunicado.
La inmediatez de Twitter permite
que los deportistas confirmen sus fichajes antes que los propios clubes. Así,
por ejemplo, el delantero Samuele Longo
avanzaba a finales de agosto su incorporación el Espanyol sin que éste ni el Inter
de Milán –su club de procedencia– hubieran hecho oficial ningún tipo de
acuerdo.
Esta inaudita fuerza de las
redes sociales pretende ser aprovechada por Arnaldo Otegi, ex portavoz de Batasuna,
quien ha llamado en su cuenta de Twitter a “romper la incomunicación” y
escribirle a la cárcel de Logroño, donde cumple condena. Otegi
lanzó el mensaje, tras la prohibición de recibir visitas, después de que
grabara un mensaje que fue emitido este pasado fin de semana en un acto de Bildu.
Son los nuevos tiempos de la
información –a los que se adaptan como pueden los medios tradicionales– donde
aparecen personajes como Xiskya
Valladares, la monja nicaragüense que cuenta ya con más de 8.000 seguidores
en Twitter, donde aporta su visión cristiana de la actualidad y utiliza la red
social como un medio de evangelización.
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