domingo, 11 de noviembre de 2012

Campaña electoral catalana: nuevos insultos a la inteligencia

Escribe Luis María Anson hoy en El Mundo, en sus Cartas boca arriba, en que "una nación seria estarían los dos -Zapatero y su última ministra de Economía, Elena Salgado-, sentados ante la Justicia, acusados de despilfarro de los caudales públicos".

Asimismo, añade el académico, además de ex director del mejor ABC y fundador de La Razón, que "la clase política se protege a sí misma de sus tropelías porque en todos los fogones se han cocido habas". Cualquier observador de la realidad, ideologías al margen, estará de acuerdo.

De ahí, que resulte insultante asistir a una nueva campaña electoral en suelo español -mal que le pese a Artur Mas- donde proclamas y promesas irrealizables campan a sus anchas. Comenzando por la propia independencia.

En un primer fin de semana de campaña como éste, repleto de actos, ha habido para dar y regalar. Empezando por el president, quien aseguró: "Las pensiones estarían más garantizadas" en una Cataluña con Estado propio.

Pero enseguida ha habido quien, como el diario digital Público, se ha encargado de recordar a Mas que, en los dos últimos años, su balance se puede resumir en "200.000 nuevos parados". Y lo confirma la última Encuesta de Población Activa (EPA). Pues así, los jubilados muy seguros no deben estar.

Siguiendo con las perlas del candidato de CiU, que también ha querido sacar partido de los desahucios, Mas ha dicho: "Si nosotros hubiéramos tenido todas las capacidades legislativas y un Estado normal, esta regulación -la paralización de los desahucios- se habría aprobado hace 8 ó 9 meses". Y se quedó tan pancho, después de añadir que, con la independencia los catalanes también "vivirán mejor".
 
En el bando de los Socialistas de Cataluña también hay promesas cuando menos peculiares. Por ejemplo, reducir a la mitad el número de conselleries de la Generalitat, según dijo el candidato del PSC, Pere Navarro. Pues lo podrían haber pensado antes, cuando presidían el manirroto Gobierno del Tripartito.

Y del Partido Popular, ¿qué más se puede decir, después de que Mariano Rajoy proclamara este sábado que Artur Mas no tiene "cuajo ni agallas" para afrontar los problemas de la crisis? Él, especialista en dejar que los conflictos se enquisten sin tomar decisiones hasta que no hay más remedio.

A las pruebas del triste asunto de los desahucios hay que remitirse. Porque, de no haberse acumulado los suicidios en las primeras páginas de los periódicos, es más que probable que el valeroso Rajoy todavía no hubiera hecho absolutamente nada.

Con este panorama, no puede sorprender a nadie que, según el sondeo de Metroscopia para El País -que está en la UVI, por cierto- PP y PSOE se hundan en valoración ciudadana. Así, según indica el diario de Prisa, "los dos grandes partidos siguen controlando la inmensa mayoría de las Administraciones y las instituciones, pero su respaldo electoral conjunto ha caído más de 19 puntos en un año".

Y más que lo va a seguir haciendo porque, en esta crisis, ambos tienen muchas culpas que repartir. Aunque los que gobiernan ahora en Cataluña, y quienes lo hicieron unos años antes, también tienen delito. Y deberían pagar por ello. Pero...  
 

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