Los desgraciados sucesos del Madrid Arena habrían provocado, en un
país medianamente serio, la dimisión de unos cuantos políticos. Más aún, su
destitución inmediata y ordenada por el máximo responsable municipal, en este
caso la alcaldesa, Ana Botella. Sin
embargo, en el Ayuntamiento de la
capital no se ha producido, que se sepa, ni un solo cese. Y ahora, para colmo,
se ha sabido que la regidora “se fue el fin de semana a Lisboa en medio de la
tragedia”, según leemos en El Mundo.
“La alcaldesa de Madrid, Ana
Botella, mantuvo sus planes de marcharse a Lisboa durante el fin de semana pese
a la tragedia del Madrid Arena, en la que fallecieron cuatro
jóvenes y otra –en el momento de escribir estas líneas– se encuentra en estado
crítico”, tal y como remarca el diario de Unidad Editorial.
Como resultado inmediato, los lectores del citado periódico censuran mayoritariamente a la esposa de José
María Aznar –quien accedió a la Alcaldía tras el nombramiento de Alberto
Ruiz Gallardón como ministro de Justicia– a través de una encuesta
publicada en su edición digital. Al filo de las cuatro de la tarde, un 87% criticaban
que Botella mantuviera sus planes de fin de semana, pese a la tragedia,
alojándose “en el exclusivo hotel Penha
Longa,
en el parque natural de Sintra”, según se indica en el
preámbulo de la encuesta.
¿Acaso la alcaldesa no tenía derecho a disfrutar de
un fin de semana, en un hotel de lujo y junto a su esposo? Nadie podría ponerlo
en duda. Pero, claro, la regidora de una de las ciudades más universales, en
medio de la crisis económica que afecta a todos y con una tragedia de tal
magnitud sobre la mesa –siendo la actuación del Ayuntamiento más que discutible–
no debía haberlo hecho. Bajo ningún concepto.
¿Que el domingo estaba de
regreso para acudir al tanatorio y asistir –ya por la tarde– al
velatorio de la cuarta víctima mortal? Bien, es lo menos que se podía esperar
de la alcaldesa. En este sentido, está bien
que Botella reconociera esta mañana la evidencia de un "viaje privado que tenía programado junto a su familia", según indica ABC, desde "hacía tiempo".
Ahora, lo ineludible para la
regidora es que “hay responsables”, según titula El País en su editorial de hoy, apuntando que “el Ayuntamiento ha
dejado que el Madrid Arena funcionara sin subsanar problemas de seguridad”. Y es que al Consistorio se le fue de las manos una instalación que ya había
albergado –a saber en qué condiciones– otros macro espectáculos.
Y a la alcaldesa, incapaz de
dar un golpe de efecto que tranquilice a la opinión pública y devuelva la
confianza en la institución municipal, también parece claro que se la ha ido el
control del Ayuntamiento. ¿O es que alguna vez lo tuvo la número dos de
Gallardón?
Pues bien, como nunca es tarde, Botella tiene la oportunidad de poner las cosas en su sitio. Primero, asumiendo que con su cargo y en aquellas circunstancias no debió irse de viaje privado. Segundo, destituyendo de manera fulminante a unos cuantos responsables políticos. De lo contrario, los votantes de su partido le pasarán factura.
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