martes, 6 de noviembre de 2012

La alcaldesa podía, pero no debía, irse a Lisboa tras la tragedia del Madrid Arena



Los desgraciados sucesos del Madrid Arena habrían provocado, en un país medianamente serio, la dimisión de unos cuantos políticos. Más aún, su destitución inmediata y ordenada por el máximo responsable municipal, en este caso la alcaldesa, Ana Botella. Sin embargo, en el Ayuntamiento de la capital no se ha producido, que se sepa, ni un solo cese. Y ahora, para colmo, se ha sabido que la regidora “se fue el fin de semana a Lisboa en medio de la tragedia”, según leemos en El Mundo.

“La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, mantuvo sus planes de marcharse a Lisboa durante el fin de semana pese a la tragedia del Madrid Arena, en la que fallecieron cuatro jóvenes y otra –en el momento de escribir estas líneas– se encuentra en estado crítico”, tal y como remarca el diario de Unidad Editorial. 

Como resultado inmediato, los lectores del citado periódico censuran mayoritariamente a la esposa de José María Aznar –quien accedió a la Alcaldía tras el nombramiento de Alberto Ruiz Gallardón como ministro de Justicia– a través de una encuesta publicada en su edición digital. Al filo de las cuatro de la tarde, un 87% criticaban que Botella mantuviera sus planes de fin de semana, pese a la tragedia, alojándose “en el exclusivo hotel Penha Longa, en el parque natural de Sintra”, según se indica en el preámbulo de la encuesta.

¿Acaso la alcaldesa no tenía derecho a disfrutar de un fin de semana, en un hotel de lujo y junto a su esposo? Nadie podría ponerlo en duda. Pero, claro, la regidora de una de las ciudades más universales, en medio de la crisis económica que afecta a todos y con una tragedia de tal magnitud sobre la mesa –siendo la actuación del Ayuntamiento más que discutible– no debía haberlo hecho. Bajo ningún concepto.   

¿Que el domingo estaba de regreso para acudir al tanatorio y asistir –ya por la tarde– al velatorio de la cuarta víctima mortal? Bien, es lo menos que se podía esperar de la alcaldesa. En este sentido, está bien que Botella reconociera esta mañana la evidencia de un "viaje privado que tenía programado junto a su familia", según indica ABC, desde "hacía tiempo".

Ahora, lo ineludible para la regidora es que “hay responsables”, según titula El País en su editorial de hoy, apuntando que “el Ayuntamiento ha dejado que el Madrid Arena funcionara sin subsanar problemas de seguridad”. Y es que al Consistorio se le fue de las manos una instalación que ya había albergado a saber en qué condiciones– otros macro espectáculos.

Y a la alcaldesa, incapaz de dar un golpe de efecto que tranquilice a la opinión pública y devuelva la confianza en la institución municipal, también parece claro que se la ha ido el control del Ayuntamiento. ¿O es que alguna vez lo tuvo la número dos de Gallardón?

Pues bien, como nunca es tarde, Botella tiene la oportunidad de poner las cosas en su sitio. Primero, asumiendo que con su cargo y en aquellas circunstancias no debió irse de viaje privado. Segundo, destituyendo de manera fulminante a unos cuantos responsables políticos. De lo contrario, los votantes de su partido le pasarán factura.

 

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