No hay nada como ser un político de la oposición y ejercer de Pepito Grillo. Y es que se vive muy bien
estando en la pancarta con los que protestan, apoyando a los
que sufren y ofreciendo titulares de prensa. De ahí, que sea
más que comprensible que la Plataforma
de Afectados por la Hipoteca (PAH) criticara ayer “la hipocresía y la
arrogancia” del Partido Popular y el
PSOE.
“Durante cuatro años,
nuestras demandas se han trasladado al Congreso
a través de distintos partidos, y siempre ha sido el PP o el PSOE
los que han votado en contra”, aseguró Ada Colau, portavoz de la Plataforma, según recoge El Mundo.
Populares y socialistas –como en otras tantas
cuestiones– rechazaron las demandas de los afectados por las hipotecas cuando
estaban en el Gobierno. Pero, casualmente,
se mostraron más favorables desde la oposición.
Así han apoyado ambos partidos, con inusitada coherencia, el derecho a la
vivienda de los españoles. Como otras tantas cosas.
Y ahora han tenido que ser
varios suicidios –muchos más han pasado desapercibidos para la opinión pública– los que han puesto a
trabajar, a toda prisa, a los dos partidos
mayoritarios. Pero, en realidad, ha sido el miedo a sufrir la ira
de la sociedad –aunque nunca lo reconocerán con la altanería que les
caracteriza– lo que ha hecho reaccionar a PP y PSOE.
Es la eterna canción de dos
partidos que se retroalimentan en este sistema
bipartidista, aderezado por unos nacionalismos insaciables que –así se ha demostrado– tanto daño han hecho a España. Pero a quienes populares y
socialistas rinden pleitesía, según convenga para gobernar desde La Moncloa.
Son esas mismas
organizaciones cuyos políticos confraternizan
con los periodistas cuando están en la oposición, y necesitan de sus
titulares. Esos que –salvo honrosas excepciones– dejan de atender los teléfonos
y se remiten a notas informativas
una vez llegan al poder, haciendo gala de su altiva hipocresía.
Y es que no hay nada como
estar en la oposición, donde criticar es fácil. Los despachos permanecen
siempre abiertos, el correo electrónico
es solícito y se reenvían cuantos documentos haga falta. De ahí, que ahora
resulte patética la reacción de Rubalcaba
ante la alarma social de las hipotecas.
Como afirmaba ayer David Torres en Público, “de repente Rubalcaba ha leído el periódico y dice que hay
que hacer algo, como si lo de las hipotecas fuese un sarpullido que nos ha
pillado esta semana”.
Los seis millones de parados tampoco surgieron ayer y, como la burbuja inmobiliaria que ha dejado en la calle a cientos de miles de
familias, es una obra conjunta y labrada a pulso por populares y socialistas.
Esos que se transforman de manera súbita, según gobiernen o transiten
plácidamente por la oposición.
Acertado e imparcial comentario que.. me hará pensar.
ResponderEliminarLo dicho para los políticos vale para cualquier actividad. Muchos deportistas, por ejemplo, son humildes cuando están haciendo méritos. Una vez en la cumbre, se convierten en seres egosístas, distantes y altaneros. En cualquier caso, y con respecto a la imparcialidad, agradezco el comentario.
EliminarSólo pretendía reflexionar y que otros también lo hicieran. Y sobre la tragedia de las hipotecas, la clase política debería aprender que está ahí para tomar decisiones. Obama, con todos sus defectos, ha asumido el nuevo mandato con decisión, diciéndole a su pueblo qué es lo que debe y puede hacer. Asumamos lo bueno de otros y pongámoslo en práctica.
Tendriamos que estar todos en la oposicion y los seis millones de parados tendrian que hacer un partido politico y asi ellos tambien estarian en la oposicion y quizas cambiarian algo las cosas
ResponderEliminarEl problema es que, cada cuatro años, después de quejarnos, volvemos a votar. Y, claro, acaban ganando PP o PSOE. Lo de los nacionalistas ya es otra historia, nada edificante, desde luego. ¿Unirse los seis millones de parados? Pero si aquí las reuniones de las comunidades de vecinos acaban como el rosario de la aurora...
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