El Barça está que se sale, el Real
Madrid es una ruina y el Athlétic de
Bilbao –con un entrenador que apenas levanta la mirada más allá de sus
narices– no está para disputarle a Messi
la Copa del Rey. Pues como el
próximo campeón está cantado, habrá que estudiar de qué manera camuflamos al
monarca para que Puyol recoja el
trofeo.
Cabe esperar que la Real Federación Española de Fútbol,
haciendo honor a su nombre, no oculte a Don
Juan Carlos tras un cortinaje más propio de un teatro de poca monta. Sería una buena solución
para Artur Mas, ya puesta en
práctica durante su toma de posesión como president
de ese pequeño país del norte –utilizando la terminología de Guardiola–, pero poco digna para un
jefe del Estado español.
Ya puestos, sería mejor un
holograma. De esta manera, podría recrearse una fantástica imagen en tres
dimensiones en la que también aparecerían José
Mourinho, Cristiano Ronaldo, Iñaki Urdangarin y Jordi Pujol. A los dos primeros, les meterían un laser
en el ojo y al yerno regio se le vería corriendo junto a Pancho –el perro de la Lotería–
con una reproducción de la copa bajo el brazo y perseguido por una jauría de
periodistas.
Para acompañar la escena, los
Príncipes de Asturias permanecerían
incólumes, sin mover un músculo. Por su parte, el honorable ex president,
aparecería, junto a Darth Vader y
como una suerte de Yoda, sentado
sobre un cofre repleto de francos suizos.
Otra opción para entregar la
copa, y que quizá fuera más del agrado de Esquerra
Republicana de Catalunya, es convertir el palco en un diorama. Así, un inmóvil monarca –con
un rictus idéntico al que conserva en el Museo
de Cera de Madrid– vería pasar a Xavi
e Iniesta. Mientras tanto, Messi, con
una barretina en la cabeza, aprovecharía para demostrar a Piqué sus progresos
con la lengua catalana.
Una tercera solución sería
colocar al Rey en una urna, a modo de Papamóvil. Para ahorrarle el
bochorno de escuchar la pitada al himno
nacional, además de unos cuantos insultos contra su persona, la mampara estaría
insonorizada.
Tras recoger el trofeo, y
con el equipo culé listo para la foto de familia, podría aparecer algún stripper envuelto en la bandera de Cataluña y con otra de España en la mano, hecha jirones. Total,
ya estamos acostumbrados a todo.
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