Olvido Hormigos, la concejal manchega del video
whatsapp erótico, se ha adelantado al ministro Montoro y antes de que le quitaran el sueldo en el Ayuntamiento de Los Yébenes, ha fichado
por el próximo reality show de Telecinco.
A eso se le llama adelantarse a la jugada. De paso, la ex edil socialista, muestra el camino a
los 56.097 políticos locales que –si el Gobierno
no da marcha atrás– se van a quedar sin sueldo después de las próximas
elecciones.
Ahora que hasta la OCDE presiona a España
para que haga la vida más difícil a aquellos que cobran el paro, las
productoras de telebasura y concursos de variado pelaje van a tener donde
elegir entre un ejército de concejales. Así, no sería de extrañar, por ejemplo,
que Mercedes Milá ponga en marcha un
Gran
Hermano Público.
Y es que sería fantástico ver a un buen grupo de ex
tenientes de alcalde y antiguos portavoces de la oposición luchando por
agarrarse al sillón. Habría quien se encadenaría a la cama para no ser
expulsado de la casa de GH, seguro.
Como en toda desgracia siempre hay beneficiados, los
dueños de gimnasios se estarán frotando las manos. Y dado que hace tiempo que no
preparan a futuros bomberos o policías porque ya no hay oposiciones, van a
encontrar nueva clientela entre los sufridos concejales.
Como Hormigos,
que cobrará 30.000 euros por dejarse ver en el reality show, habrá una
legión de aspirantes a saltar desde un trampolín y jugarse el tipo. Y eso por
no hablar de los miles de asesores que se irán a la calle.
Banijay Group, la productora de Mira
quién salta, podrían retomar el nombre original del concurso, Stars
in danger. Con tanto concejal que llamará a su puerta, Estrellas
en peligro sería de lo más apropiado.
Y es que, además de las pruebas a las que se someterán
los concursantes, encajaría perfectamente una sección de secretos
inconfesables, con grabaciones furtivas e intimidades robadas a los partidos de la
competencia. Para este último apartado, y tras su extenso
currículum de escuchas a empresarios y políticos catalanes, la productora
podría contratar a antiguos detectives de
Método-3.
Puesto que el Barça de
Joan Laporta también fue cliente de
la agencia, podrían invitar a su antigua novia, la porno star María Lapiedra. Santiago Segura, que la
dirigió en Torrente 4, ayudaría a
rebajar la tensión y daría mucho juego.
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