viernes, 1 de marzo de 2013

Sé rico y famoso e irás a juicio como quien pide cita al médico


Resulta que los millonarios como Benzema, el futbolista del Real Madrid que fue cazado por un radar de Tráfico cuando conducía a 216 kilómetros por hora, van a los Juzgados como el que acude al médico. Y es que al muchacho no le venía bien declarar el pasado martes –porque su equipo jugaba contra el Barça–. Así que llamó por teléfono y le cambiaron la cita.

Pero el juez, que no debe entender de fútbol, le ha vuelto a citar para el martes 26 y, casualidades de la vida, el delantero francés estará ese día con su selección para jugar, precisamente, contra España. Que nadie lo dude.

Lo más útil hubiera sido enviarle una multa de órdago, que el potentado deportista habría pagado sin rechistar. Así, los funcionarios del juzgado no perderían el tiempo y agilizarían el trabajo, que buena falta hace.

Pues sí. No hay nada como ser rico. O estar emparentado con la nobleza, como le sucede todavía a Urdangarin. Porque al duque empalmado le han ofrecido una carencia de cuatro años para que busque empleo y pueda pagar la hipoteca.

Tras este maravilloso gesto, cargado de humanidad, puede que la entidad bancaria se esté curando en salud. No vaya a ser que el yerno regio pueda tirarse una temporada a la sombra. El caso es que, según ha revelado esta mañana Antena 3, el marido de la Infanta Cristina lleva seis meses sin pagar la letra de su palacete y acumula unos impagos que algunos cifran en 100.000 euros.

Desde luego, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca debería premiar al director de la sucursal de Urdangarin por demostrar tanta sensibilidad con un candidato al desahucio.

Y si un empresario de éxito como Arturo Fernández deja de pagar las cuotas a la Seguridad Social también se le ayuda. Total, qué son tres millones de nada. Que ya no lleva la Cafetería del Congreso de los Diputados, pues le adjudican el servicio de hostelería de una residencia militar en Alicante.

Así funcionan las cosas en España para quienes están en la cima. Sean futbolistas, parientes regios o jefazos de la patronal. Para la mitad de los españoles que llegan de milagro a fin de mes –si no se suicidan antes– la cosa cambia. Y es que no hay nada como jugar en la división de los grandes, siguiendo el ejemplo de Benzema y Corinna, la amiga del Rey.

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