jueves, 20 de junio de 2013

Los ricos también corren

 
Correr está de moda. Por la mañana, a media tarde y de madrugada, al personal le ha dado por calzarse unas zapatillas. Pues, venga, tira millas. Y es que España está para salir corriendo. No hay más que echar un vistazo al último informe sobre la riqueza en el mundo. Porque cuando en un país con más de seis millones de desempleados no dejan de crecer los potentados es que huele a chamusquina. Y, claro, dan ganas de salir por patas.
 
Pues sí, resulta que 144.600 españoles tienen al menos, y declarados ante la Hacienda de Montoro, el equivalente a un millón de dólares, que vienen a ser 740.000 euros. Y eso en dinerito contante y sonante. Para que luego digan que la crisis nos afecta a todos por igual.
 
A muchos de esos ricachones, que se han apuntado al sufrimiento del corredor de fondo, los vemos sudando la gota gorda igual que nosotros. Pero, claro, ellos van más rápido porque tienen un entrenador personal, como Aznar. Y, si carecen de él, se calzan unas zapatillas de 150 euros, como mínimo.
 
Luego se apuntan a las maratones de Rotterdam, Berlín o Londres, para ser tan exclusivos como otros ricos europeos. Y alcanzan el cénit del runner en el maratón de Nueva York, la meca de todo corredor que se precie.
 
En España, como no tenemos término medio, hemos pasado del corredor de la meseta castellana, con el sufrimiento marcado en su rostro, al ejecutivo que se busca la vida con éxito en Madrid o Barcelona y luego elimina toxinas haciendo kilómetros. Y lo mismo que antes de hacer crack con el dichoso ladrillo había que fardar jugando al golf, ahora resulta que lo más cool es calzarte unas buenas zapatillas y salir pitando.
 
Y si te apuntas a un iron man –que es meterte para el cuerpo un maratón, 180 kilómetros de bicicleta y casi cuatro más de natación, todo en el mismo pack– eso ya es lo más.
 
Es lo que tiene esta crisis. Los pobres, que siguen a lo suyo, salen a correr porque no tienen para alquilar una pista de padel. Los ricos, que se han apuntado al low cost, porque ya no está de moda eso de fardar, le han cogido el gusto al deporte en estado puro.
 
Quizá, por ahí, empecemos a enderezar el rumbo. Porque, antes que económica, ésta es una crisis de valores. Y, ahí, los corredores de fondo tienen las de ganar.

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