jueves, 12 de septiembre de 2013

Nos va el sadomasoquismo

 
Nos gusta recibir estopa. Y es que somos masoquistas. Por eso, un candidato a diputado en Alemania, del Partido Liberal, busca esclavos sexuales en Internet. Bajo el pseudónimo de Master HM, se describe como dominante y sádico. Aquí en España no le faltaría clientela.
 
Porque mira que nos dejan en pelotas, nos sacuden una y otra vez el bolsillo, despotricamos contra la casta política y acabamos votando, sumisos. Así, no es de extrañar que los españoles, según el último informe de la ONU, hayamos dejado de ser la alegría de la huerta.
 
Normal, y ahora resulta que son daneses, noruegos y suecos los que se parten de risa y disfrutan de la vida. Y, encima, a precio de saldo en nuestras playas, hinchándose a fritura de pescado y atendidos por camareros que no pasan de los 500 euros al mes.
 
Aunque para sadismo, el de los políticos portugueses, que no dejan de torturar a sus compatriotas. El penúltimo latigazo, un recorte del 10% en las pensiones de los funcionarios que reciben más de 600 euros al mes. Mientras tanto, Christine Lagarde, la dominatriz del Fondo Monetario Internacional que azuza un día sí y otro también nuestra tortura, se levanta más de 320.000 euros netos al año. Menuda madame.
 
Si es que no tenemos remedio. No hay más que ver a los universitarios novatos de los colegios mayores. Se dejan una pasta en la matrícula y, como bienvenida, tienen que aguantar un rosario de humillaciones. Por eso, como todo tiene un límite, se está produciendo una desbandada de titulados al extranjero. Y es que allí les darán cera, pero al menos les pagan.
 
Tan bajo hemos caído, y tanto nos hemos acostumbrado a que nos zurren la badana, que la Comunidad de Madrid sigue empeñada en que se fume en Eurovegas. Da igual que el tabaco mate o provoque malformaciones en los embarazos. Porque ahora resulta que se trata de un proyecto que, después del fracaso olímpico, tiene aún más relevancia.
 
Afortunadamente, después del mal café de la alcaldesa, los políticos manirrotos que nos gobiernan han decidido que Madrid no suplique una vez más ser ciudad olímpica. Para eso, ya está Tokio, que tiene unos cuantos barrios llenos de sumisas gheisas. Y esto, a los miembros del Comité Olímpico Internacional, empezando por Alberto de Mónaco, les debe poner a cien.
 

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