Llevamos casi seis años en
crisis y no dejamos de engordar. Si es que los españoles no tenemos remedio. Y,
encima, el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente –ése que nos aconseja ducharnos con agua fría para
ahorrar y sigue llamando soviéticos a los rusos– se gasta 209.403 euros en
restaurar el ascensor. Dando ejemplo.
lunes, 22 de abril de 2013
España, país de gordos donde un ministro gasta 209.000 euros en un ascensor
jueves, 18 de abril de 2013
España, país de ministros y jueces drogatas
Con media juventud adicta al
botellón y un país donde la explotación sexual mueve cinco millones de euros al
día, ahora va Emilio Olabarria,
portavoz del PNV en la Comisión de Interior, y dice que conoce
a ministros, jueces y policías que le dan a las drogas. Así se comprenden
muchas decisiones políticas y se explican unas cuantas sentencias judiciales.
martes, 16 de abril de 2013
Que indulten al maniquí de la Pantoja
El
Museo de Cera de Madrid ha fulminado a Isabel Pantoja, como en su día hizo con
Marichalar. Al ex de la Infanta Elena le sacaron en una
carretilla, para que acumulara polvo en un lúgubre almacén. La tonadillera, por
lo menos, no ha sufrido tal humillación.
Aunque
bastante tuvimos con los zarandeos, tirones de pelo y gritos de ladrona que le
regaló una representación del pueblo soberano. Ése mismo que eligió dos veces
a Zapatero y otra a Rajoy, los dos lumbreras que nos han
metido en el túnel de los seis millones de parados y a quienes nadie tiene
intención de llevar al cuarto oscuro.
Ya
puestos, y si querían que sirviera de escarnio para la Pantoja, podían haberla conducido a la galería de los horrores o a
la del crimen. En cualquiera de ellas, hubiera compartido espacio con Freddy Kruger, Frankenstein, Charles Manson,
Mark David Chapman –el
desequilibrado que mató a John Lennon–
o Hannibal Lecter.
Claro,
que eso hubiera supuesto un precedente muy peligroso y más de uno se estaría
acordando ahora de Urdangarin, otro
ilustre maniquí, que está en la antesala del cadalso museístico desde que lo
retiraron –el pasado diciembre– de la sala de nuestra familia real menguante
para llevárselo a la galería de los deportistas.
Rubalcaba, sin embargo, puede
estar tranquilo, puesto que no dejó de ser un simple busto de arcilla al que –tras
exponer durante una temporada– destruyeron una vez perdidas las elecciones. Son
las ventajas de estar en la oposición.
Al
no haber visto al muñeco de la Pantoja
de camino al depósito, tampoco sería extraño que alguna televisión nos lo
mostrara igual que a Lance Armstrong.
Y es que la figura del tramposo ciclista fue descuartizada hace poco y metida
en una caja, una vez expulsada del Museo
de Cera de San Francisco. En el de Madrid quizá
esperan al próximo Halloween, con Alaska como maestra de ceremonias,
ahora que la cantante también va a entrar en el Museo de Cera.
Lo
que han hecho con la Pantoja, desde
luego, no tiene nombre. Porque Lola
Flores, a la que también condenaron, sigue en el museo. Lo suyo habría sido
ponerla –a la espera del veredicto final de Sálvame– junto a la Infanta
Cristina, en un apartado especial de mujeres inconscientes.
Así,
no queda otra que iniciar una campaña para que indulten al maniquí de la Pantoja.
jueves, 11 de abril de 2013
Que me apadrine un noruego, por favor
Si un
español se encuentra 1.000 euros y los devuelve, además de pensar que está
loco, le ponemos un monumento. En Noruega, en cambio, dos adolescentes se
topan con un bolso que contiene 467.000 coronas –unos 62.000 euros– y el debate
se centra en si deben recibir el 10% que marca la ley. Aunque el dinero provenga
de actividades turbias.
En Noruega,
los lectores de la edición digital de Aftenposten, el periódico de Oslo
que publica hoy la noticia –incluyendo la foto de uno de los jóvenes– no se
extrañan de la cívica devolución. Vamos, que se expresan como honestos
nórdicos.
En España,
por el contrario, los internautas tiran de sarcasmo. Así, desde que habría que
donar la pasta a la Fundación Noos, de Urdangarin, hasta que los
muchachos corrieron a devolver el dinero tras ver a Montoro por la tele, se puede leer de todo.
Y es que
entre noruegos y españoles hay una distancia sideral. Sobre todo, si pensamos
que aquí uno de cada cuatro jóvenes es ni-ni,
el triple que en Noruega. Si a esto le añadimos que el paro juvenil
alcanza en España un dramático 60% resulta heroico encontrar al buen
samaritano que llame para devolver una cartera perdida en la calle.
Nuestra
juventud está desorientada. Tanto, que una niña bien de Santiago de Compostela organiza una fiesta de cumpleaños para celebrar su mayoría de
edad en una casa rural y la cosa deriva en un aquelarre donde se
intenta hacer una hoguera en uno de los baños.
Y, claro,
así es normal que los noruegos se hayan apuntado a la noble tarea de apadrinar
niños españoles. En éstas estamos, arrasando negocios rurales mientras decenas
de noruegos contribuyen a sostener con 400 euros mensuales a familias
españolas, cuyos niños apadrinan como antes hacíamos nosotros con los críos de Biafra
o Etiopía.
Con los
62.000 euros que se encontraron los jóvenes escandinavos viven todo el año
cuatro familias españolas de lo más común. Así lo decía, en 2012, el Instituto
Nacional de Estadística. Y con los sueldos en caída libre va a resultar que
la bolsa abandonada en un tren de cercanías noruego es el tesoro de Los
Mayas.
Así,
pensar que los cafres que destrozaron la casa rural en la fiesta compostelana
no son la excepción, sino que la salvajada se está generalizando –según la Guardia
Civil– es para echarse a temblar. Y rogar que los noruegos vengan a
rescatarnos. Yo, para empezar, pido que me apadrinen.
sábado, 6 de abril de 2013
España es el país de los muertos vivientes
España se ha convertido en un país
de muertos vivientes. Si no, que miren en Santa Cruz de Tenerife donde 15.300
zombis han poblado las calles desde 1996, cuando el Ayuntamiento empezó
a inventarse vecinos para trincar más fondos públicos. A ver si ahora le va a
dar al Instituto Nacional de Estadística (INE) por tirar de la manta y
descubre que en España hay tres o cuatro millones de habitantes menos.
martes, 2 de abril de 2013
Montoro va camino de fichar a Tony Soprano
El ministro de Hacienda se ha dado al vicio. Así, tras el éxito del
Salou Fest y la borrachera colectiva
de diez mil británicos –todo un maná para muchos hosteleros de Tarragona–
Montoro va a tumba abierta. Y es que, desde este año, ya podrán deducirse
las pérdidas originadas por el juego en bingos y casinos.
lunes, 1 de abril de 2013
Rajoy, como la Merkel, debe lucirse en bañador
Mariano Rajoy, que nunca se moja
por nada, debe lanzarse a la piscina. Y ponerse el bañador como Ángela Merkel, su faro político, para
promocionar el sector turístico. Como hiciera Fraga en la playa de Palomares,
cubiertas sus vergüenzas con un meyba que hizo historia, el
presidente del Gobierno tendría que
recorrer ahora la costa española visitando calas y animando los chiringuitos.
En
Galicia, con un short de Calvin Kleine, Rajoy se pasearía en
barco entre Vigo y las Islas Cíes, acompañado del presidente
de la Xunta, Núñez Feijoo. Eso sí,
libres de narcos y contrabandistas.
En
Valencia, aprovechando que este año
se han quedado sin Fórmula 1,
animaría la última semana de junio dándose un baño junto a Rita Barberá. Y es que si hemos visto a la canciller zambullirse
con toda naturalidad en las piscinas de la isla de Ischia, frente a la costa de Nápoles,
por qué no la alcaldesa valenciana. Junto a Rajoy, en este caso con un boxer más atrevido, Barberá luciría palmito frente a La Albufera, donde Urdangarin pretendía construir un puerto deportivo en pleno parque
natural.
Allí,
además de revitalizar el turismo sostenible, Rajoy y Barberá darían
cuenta de una magnífica paella, la aportación culinaria española más universal.
Para acompañar, una sencilla ensalada. Y de postre, algo casero, para dar
ejemplo a los seis millones de parados que están a régimen con sopas de ajo y
mucha imaginación.
El
recorrido del presidente podría continuar en Tarifa. Tras dejar a Montoro
en el Ayuntamiento
–haciéndole una paralela a ese
alcalde del Partido Popular que
pretende echar hormigón a una playa virgen– Rajoy haría sus primeros pinitos en el windsurf. Embutido en un
bañador de surfero, paseando por las dunas con un rejuvenecido Arenas, reivindicaría el turismo más
amable con el medio ambiente.
También
podría aprovechar Rajoy, proclamando
las bondades del turismo de interior, para darse un chapuzón en la playa
artificial de Valladolid, si es que
queda algo después de la crecida del Pisuerga,
junto a Soraya, su vicepresidenta.
Logrado
el objetivo de vender la industria turística, Rajoy acabaría relajándose en las playas de Marbella, con un Aznar en slip de campeón olímpico
y una buena jauría de perros. No vaya a ser que a los periodistas se les ocurra
preguntar por la corrupción.
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